Le perdí el miedo al frío del agua sur. Si encuentro un fluido de deshielo, ya soy capaz de sumergirme con un instante de choque y buscar después el refugio del calor de alguna piedra.
Pude dejar de quejarme del frío y pedirle que me sacuda y me proteja. Que reúna mis partes. Ya sé nadar en un misterio azul.
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