Vestida de azul con la capa de la virgen
cose banderas que llevó al hospital
su habla florido no nombra emociones,
su voz en los ojos me hace llorar.
Mahoma no fue otra vez a la montaña;
la estuve esperando, no pudo llegar,
porque la luz del día la oscurece,
sólo en su cuarto se quiso quedar.
Hoy fui a su casa en Perú y Juan Florio
previo llamado con su mamá,
María sólo quiere vivir en su cuarto
y de la familia no oir nada más.
Si es para música, se acuerda de cuándo
traer su micrófono y unirse a cantar
quizá entonces haga cuadras caminando
a esta montaña que la quiere escuchar.
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