Las cuerdas me esperan,
cuánto y cómo saben esperar...
Juntas nos vamos desafinando,
nos miramos de reojo,
no sabemos qué hacer con el control.
Las cuerdas no me quieren atar,
me dejan demasiado libre
y me sigo escapando,
esclava de la cuerda del reloj.
Las cuerdas están muy locas
y yo, demasiado cuerda.
1 comentario:
Excelente!! original y oportuno..
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