lunes, 8 de febrero de 2021
Convivencia
¿Cómo habitamos las casas, los mundos, las limpiezas, la distribución, las conversaciones? ¿Cómo habitamos la geografía de estos muros que se escriben, la pantalla, en la mesa, sobre la habitación y nuestras casas? ¿Y los otros cuerpos, los de al lado en la otra pared, con todo lo que sienten y lo que piensan? ¿Cómo accedemos a esa información sobre lo vivo, y qué se nos queda mudo, no escrito, inaccesible? No sé si podremos eximirnos de la contradicción. Se me ocurre que el tiempo es una creación constante, que cuando no lo moldeamos nos pesa, nos molesta, se ensucia. Al igual que los espacios. Pero el espacio y el tiempo jamás nos piden que los habitemos, ni que los saludemos o los miremos. A veces nos convoca otro. Acompañarse a aprender, en un puente profundo de contradicciones...
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