lunes, 14 de febrero de 2011


*
Verificar que no te tengo
cada día en la ventana,
en la foto, el diario,
la oscura mesa de luz
y el teléfono
no canta tu voz;
el agujero se agranda...

*
Mirar y mirar la foto
donde estás y no estoy,
sin siquiera poder llorar:
el agua no quiere salvar
este ahogo.

Pena, penita penosa
amarga y salada de amor
rebota entre mi panza y garganta,
ahueca el fondo del alma
pero no se escapa.

*
Se fue la flor a otro lado,
se entregó el beso sagrado
y no llegó a mi boca
en este día
desenamorado.

*

2 comentarios:

Carolina Wajnerman dijo...

Hay fragmentos de espejos,
hay espacios de agujeros interminables y solemnes,
hay hombres y mujeres,
hay búsquedas sin encuentro,
y también sorpresas,
como la dama que llegó a mi puerta con una flor de mi infancia en la mano después de haber escrito esas palabras, después de haber elegido la foto de la flor mirándose en el agua...
Y quien golpeó a mi puerta con una flor en la mano es quien tomó esa fotografía.
Hay fragmentos del espejo que suben a otra dimensión... y tienden a devolvernos una imagen diferente cuando se reflejan en fragmentos de otros.

Mundo Aquilante dijo...

Me lo hago propio... Me dió por el lado del amor perenne, perenne como la hierba. Ese amor que no está pero es, ese que ni siquiera podés llorar.

Saludos desde Mundo Aquilante!