El mate es antes que nada una actividad que nos da placer.
Es un ritual ligado a nuestros orígenes y costumbres que nos invita a acercarnos y juntarnos. Tomar mate es voluntario: nadie te puede obligar, aunque sí invitarte con muchas ganas.
A cada persona le gusta de una forma diferente: amargo, dulce, con yuyos, o como venga... lo lindo es cuando nos organizamos para que puedan incluirse todas y todos en la ronda.
Si alguien lo tiene durante mucho tiempo, le decís: "¡largá el micrófono!", porque es importante que el mate y la palabra circulen... Porque el mate te invita a compartir, y charlar ¡a veces más de lo que esperabas! Por eso, ayuda a armar grupo; a escuchar y entender al otro, y también a uno mismo...

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