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Las corrientes de mar pueden ser el obstáculo a sortear
para llegar al horizonte deseado,
vamos cargados en los barcos,
sentimos el control del timón.
Las olas son, en ese caso, mero adorno del paisaje;
arriba del barco siempre se nos ocurre
algún lugar adonde ir.
Ocasionalmente y sin darnos cuenta, comenzamos a perder el control,
las olas se cuelan y la corriente nos lleva...
incertidumbre, angustia, ¿perdición?.
Perderse, confiar en la corriente,
puede hacernos descubrir un mundo debajo del mar,
o inclusive que somos felices nadadores.
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1 comentario:
donde te llevo la corriente el sabado,? jajaja
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