lunes, 4 de agosto de 2008

Yo vi tus ojos en los míos,
vi tu fuego y vi llover.

Vi mis ojos en los tuyos,
vi mi odio y me espejé.

Dije palabras en tu espalda,
recibí las puñaladas.

Desde el suelo, las puteadas
fueron escupidas verticales,
y se mojó mi cabeza hasta el cuello,
hasta el asco.

Volví a mirar tus ojos,
en los míos,
como los míos.

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