Yo vi tus ojos en los míos,
vi tu fuego y vi llover.
Vi mis ojos en los tuyos,
vi mi odio y me espejé.
Dije palabras en tu espalda,
recibí las puñaladas.
Desde el suelo, las puteadas
fueron escupidas verticales,
y se mojó mi cabeza hasta el cuello,
hasta el asco.
Volví a mirar tus ojos,
en los míos,
como los míos.
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