El primero,
el que casi no concreta el encuentro entre las lenguas,
y me hizo descubrir
un nuevo universo.
Aquel otro beso,
sellando el pacto del primer noviazgo,
tan distinto al que lo rompió,
en un goce infiel.
El beso de ayer,
que prometí olvidar.
El que llegó
después de tímidos abrazos,
y culminó en huida,
dejando un saldo de 7 poemas
millones de lágrimas.
Un beso que no fue,
el que más duele.
Alguna vez, no vi venir un beso:
beso robado, especial entre los besos.
Aquel que supliqué,
el que sólo pedí,
y el que negué.
Ganas de besar
me asaltan en el recuerdo,
llega el verano, desde un invierno
de triste soledad.
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