No quiero estar ajena al detrimento de mi cuerpo.
En este frío invierno, mi cuerpo está frío, cansado, acatarrado, relleno, olvidado.
Pero sé que tarde o temprano, el cuerpo llama. Pide ser observado, ruega cuidados.
Son esos mocos y esa tos,
es la ronquera en mi voz,
es la redondez de mis formas,
mi propio yo.
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