Hay personas que, perdón que presuma,
somos millonarias...
porque elegimos la riqueza
de acompañar la infancia
y soñamos todos los días
con la pequeñez acunada,
y jugamos aunque el hombro
se nos llene de lágrimas.
Aseguro que no es negocio,
y que el bolsillo no lleve mucha plata,
lo que tenemos no es poco
porque elegimos la fuerza
y la unión de la abundancia.
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