miércoles, 16 de marzo de 2022

Ladrillos

Escribir no rompe ladrillos

que ladran como las piedras

o se enojan como cuchillos

ni afilan los muros de hielo

pesados del hospital.


Escribir no es un abrazo

amasando una lágrima negra

que canta y pide cigarrillos

o se esconde y arma fueguito

para un chori en el hospital.


Escribo en mi cama desierta,

no hay fiesta ni loca vendimia

o sol que alumbre los techos

con la risa que oigo si vuelo

por arriba del hospital.


¿Será que los puntos y comas

saben que unos dedos perdidos

son pausas al espacio vacío

entre el poema y el hospital?

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