domingo, 12 de noviembre de 2017

Nuestro camino

No habíamos sabido callar, mas tampoco conocíamos el valor del silencio. Queríamos romper el viento y a la vez buscábamos la fuerza que en el río nos llevara contracorriente. Nuestra voz gritó hasta la afonía y ahí recordó la sensación de cuidar el abrazo. Entonces, y allí, descubrimos los ejes que guían el espacio y el tiempo. Lo infinito y lo inmenso llegaron a ser un punto en un instante... y eso marcó nuestro camino.

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