martes, 19 de enero de 2016

Nadar en río revuelto

"A río revuelto, quién gana y quién pierde" (Tango "A río revuelto". M. San Juan y A. Szvarcman)

Hay quienes creen que remar contra la corriente es el peor de los escenarios. Eso dicen quienes han conocido bote y remo, o han podido saber hacia dónde se dirige el agua cuando tiene un rumbo definido. Pero de pronto, toca nadar en río revuelto.
Ahora nos llama la acción total, la respuesta inmediata y sin intermediarios, el cuerpo entero, la humedad profunda. Es que el río mantiene algunos cauces, por lo que sigue siendo río, pero ya no reconoce una sola dirección. Dejarse llevar o luchar a contramano, ya no pueden ser opción. Buscar las causas del revoltijo, puede desgastar la energía.
Es que el río se revuelve a veces, e inevitablemente, estamos adentro. Nadar en soledad puede transformarse en llegar a la nada. ¿Hay un nosotros posible en ese estado del agua, un horizonte que nos salve? La pregunta quiere ir por el lado de lo diverso en el nosotros, para sostener la vitalidad: brazadas amplias, respiración honda, guardar fuerza, enfocar. Nadar por sobre la nada que nos jala, tocarnos aunque sea para recordar que estamos, seguir a pesar de todo.


Texto para Revista Campo Grupal. Febrero 2016.

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