jueves, 28 de julio de 2011

Hey!


¿Qué te pasa Buenos Aires?
No es con vos...

Recreo una historia de puerto
dividiendose de un "interior",
alguien se sube a un monumento
como a la altura de un cerro
para mirar cruzando el charco, el río
y el mar adentro
(como si las carabelas
quisieran hacer el camino inverso).

Repienso una historia contada
desde bares notables y pipí cucús
atribuyéndose el tango, el mate,
dulcedeleche,
y el yo-yo.

Porteña, porteño,
espejitos de colores para mirarte mejor
aunque el ombligo apure una pelusa
y no quepa más nadie en tu estructura.

Hermosa, vanidosa,
ciudad cruel de la ignorancia más perfecta,
doblá el cordón en alguna vereda
mirando más allá del adoquín...
Un cartel luminoso te espera
para alumbrar con chiche y lentejuela
las grandes promesas.

(Vos dormí, pebeta,
que de la zona oscura del olvido
siempre hay algo que retorna:
a eso, lo llaman reprimido)

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