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Se van soltando las amarras,
y llega el barco a altamar
sin rumbo ni viento a favor,
sin olas ni anclas.
Se suelta el timón cuando se entrega
el destino al espesor del tiempo.
La renuncia a lo que no es nuestro
es un guiño de amor.
Yo lo agradezco.
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2 comentarios:
Lindísimo.
Abrazo naranja!
La negra
la luna nueva viene por ese lado para todas parece...
Soltar lo que no nos pertenece, cuidar lo nuestro y lo de todos. DEsapegarse totalmente.
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