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La dulzura me atraviesa,
desangra viejas heridas
y siento el impulso de huir.
Se empalaga mi ser en una lengua,
y un abrazo me empapa...
Soy yo en mi lucha interior,
las fuerzas que se pelean dentro de mí,
son las broncas guardadas en mis intestinos
que, gruesos de rencores y espanto,
se sobresaltan a la luz de un tierno beso.
Yo,
es ese yo que observo desde afuera a veces,
cuando me voy a habitar otras partes de mi cuerpo.
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1 comentario:
Aún después de las ganas de huir,
sé que no quiero escapar de mi destino: el que cada día tejo por encima de los terremotos.
Aún después de mi yo, existe una fuerza mayor que persiste.
Gracias...
http://saraccoannamaria.blogspot.com/2010/01/comprension-de-las-crisis-evolutivas.html
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