*
Asaltos de vida,
mi inundación no viene con algodón,
y el espanto trae la sangre en la espalda,
no soy la víctima principal,
el trueno es sólo un susto en la oreja
a pesar del gris que me viste
con sueño de siesta.
La rima se cae en los huecos mojados,
una canción no basta aunque tengamos voz
para decir que no, gritar
o sacar la lengua.
Los domingos vienen solos, como si nada,
entre semana también,
cuando se le hace lugar en la alfombra
los días en que llueve
y se sabe escuchar.
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