martes, 3 de agosto de 2010

Alas de colibrí

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Acompañan el encanto del sueño que vivo
en la realidad cotidiana de alegría y espanto,
traen la guitarra que inspira el gemido
y el gris polvo insistente trayendo el llanto.

No se dejan engañar por palabras idiotas
ni se entregan a cualquier rato que trae la niebla,
saben jugar como niños incansablemente
y admirar por primera vez cada vez las estrellas.

Las alas veloces y pequeñas que traigo
consiguen el néctar feliz en mi pico,
y cada color me lleva a una historia nueva
porque entre plumas verdes siempre decido
seguir este viaje con esperanza sincera.

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