miércoles, 19 de noviembre de 2008

Cada vez que uso mi colgante de sol
pienso antes de cerrarlo detrás de mi cuello:
"que me ayude a recordar quién soy".

Tengo una piedrita al lado del teléfono para,
cada vez que la encuentro,
pensar en agradecimientos
por las pequeñas cosas que tengo.

El día que no tenga mi colgante,
el día que no encuentre mi piedra,
tal vez sea el mismo que no haya pastillas para dormir,
o no tenga más yerba para el mate soledad.

Ese mismo día,
tal vez no haya un sahumerio,
no haya una ducha,
no haya teléfono.

-xxx-

No hay comentarios: