jueves, 27 de diciembre de 2007

Hay una roca
en la que pueden verse
todas las líneas
trazadas en el universo.
Una roca capaz de reflejar
la curvatura del ala de una mosca;
el cruce de las arrugas
del rostro de una vieja;
el dibujo del sendero de un burro.

En una sola roca,
aparecen los infinitos rayos de sol,
los sentimientos de todos los hombres y las mujeres,
las sombras que deja el olvido,
la risa de los árboles
y la nostalgia del otoño.

Hay una roca
que son todas las rocas;
una roca que conservo
en la colección de rocas de mi habitación.

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