martes, 16 de octubre de 2007

Sol lejano, del amor imposible

Es la pureza del imposible
la que admira en la distancia,
adora sin derechos
ni posesión,
al sol del que desde aquí se goza...

Y a pesar de estar tan lejos,
y fuera de cualquier alcance imaginable,
aún se siente tibio, luminoso, calmo,
sentarse a exponer las mejillas, cerrar los ojos,
o respirar el aire que desprende todo lo que toca.

Es un sentimiento amarillo,
que se funde en las miradas,
por algo que nunca se posee,
y por ende, nunca se pierde.

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