lunes, 11 de julio de 2011

El juego del voto ciego

Veo la cola en el burro

y después pregunto: "lobo, ¿estás?"

mi caperucita alma tiembla

y se cae la canasta

desparramada en el piso de la ciudad.


(Me siento perdida

y aunque tantos aplaudan a mi alrededor,

no me puedo encontrar.)


Mis lágrimas hacen cuentas,

pero la farolera vuelve a tropezar

y Manuelita sigue mirando a Francia

pensando que en Europa se va a renovar.


Le tengo miedo a esos globos,

que no se pueden pinchar

porque hay gente que baila

como aserrín y aserrán.


Don Pirulero decía

que cada uno hace su juego...

Y yo, que me siento perdida,

cuando tantos aplauden a mi alrededor,

todavía

no me puedo encontrar.

**

3 comentarios:

西雅图陈彤 dijo...

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Thanks!

Maga h dijo...

Bellisima danza escribiste... esa caperucita "almatemblante"!
Abrazo!

Carolina Wajnerman dijo...

Jiji, gracias Magah... Si, hay cosas que te llevan a sentirte así, con la cesta bien desparramada.
Abrazo!